Las fachadas ventiladas se han convertido en una alternativa clave para repensar las envolventes arquitectónicas. Este sistema consiste en una cámara de aire entre el cerramiento estructural y el revestimiento exterior, lo que permite evacuar humedad, reducir puentes térmicos y mejorar el aislamiento, generando un ahorro energético significativo.
Además de su eficiencia térmica, las fachadas ventiladas ofrecen mayor durabilidad y menores costos de mantenimiento, ya que los elementos de acabado quedan protegidos de la exposición directa al clima, la radiación solar y la humedad. Estas ventajas hacen que el sistema sea atractivo para proyectos residenciales, comerciales e industriales.
En el sector minero y de infraestructura pesada, la fachada ventilada puede adaptarse a condiciones extremas de temperatura, polvo y humedad, asegurando una mayor vida útil de las instalaciones y mejorando la calidad del ambiente interior. Su implementación estratégica permite a proveedores y constructores posicionarse como innovadores frente a arquitectos e ingenieros.
Si bien los beneficios son evidentes, es fundamental considerar aspectos técnicos como la estructura de soporte, el diseño de la cámara de aire, la selección de materiales resistentes y la integración con el aislamiento térmico. Estos factores garantizan un rendimiento óptimo y un retorno de inversión atractivo.
En resumen, las fachadas ventiladas no solo aportan eficiencia y durabilidad, sino que también elevan la estética y el valor de los proyectos. Para proveedores y contratistas, se presentan como una oportunidad de innovación y diferenciación en un mercado que exige soluciones modernas, sostenibles y de alto rendimiento.
FUENTE : CONSTRUCTIVO
